sábado, 16 de octubre de 2010

Chico, ¿por qué tan serio?

Una serie de catastróficas desdichas han amenazado la integridad y continuidad de éste blog al que no le ha quedado otra que quedarse en silencio en sus dos últimas citas. Citando a la Distinguida Competencia de Marvel hago referencia a la situación que me constriñó hasta tal punto que sólo podía sonreír si era, literalmente, dibujándome la sonrisa sobre mi serio semblante.
Para empezar, estas dos semanas lo iba a tener complicado para no perder comba con Thor puesto que mi compañero de trabajo, del que soy fiel escudero, estaba de vacaciones. Tan desbordante eran mis labores que el miércoles estaba agobiadísimo llegando a pensar que era jueves, y yo sin tener el material para el blog preparado, con lo que colgué un par de entradas, y menos mal… Porque a última hora del día, y tras haber recibido una carta para una “donación” a la benemérita, tenía listo para el verdadero jueves el comentario sobre BM 9 y Civil War, hasta que mi disco duro externo se precipitó al suelo y con él cayó en el toda su información…
Sin querer abandonar este proyecto reuní el poco ánimo que me quedaba y me dije “Pronto recuperarás los datos (entre los que se incluyen TODO lo que he escrito durante 10 años), así que sigue haciendo tus comentarios y cuando tengas lo que has perdido, lo cuelgas todo a la vez”. Y eso hice desconociendo que los hados no querían tal cosa. En el trabajo ya todo era desmesurado, pero como podía lo llevaba y granito a granito juntaba un poco de tiempo para seguir leyendo y escribiendo en privado sobre Thor hasta que, nuevamente, ahora mi pen drive se llevó consigo a la tumba lo que en él había comenzado.
“Abandonad toda esperanza”, decía la Divina Comedia. No encuentro más explicación a tal suma de desdichas que, en mi adoración al dios del trueno, siendo este blog un humilde templo para él, haya atraído nuevamente la envidia e ira de Loki, dios del caos. He tratado a este antagonista de forma inapropiada y me lo ha demostrado con sus virtudes: su capacidad de conspirar, me ha hipnotizado y llevado por el camino de la desesperación que lleva hasta su hogar, su intachable estilo de llevarte de rodillas hasta el abismo en el que acaba la cordura.
Sólo me cabe esperar ganarme su favor destacando su divinidad y su infinita templanza en las malas artes, por ello le dedico estas tres entradas. Me siento a esperar que tras esta poderosa tempestad recupere mis escritos, mi dios del trueno y mi sonrisa.

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